Una esperanza efímera


El mundo, hoy se siente y dice que está en crisis.

Desde Septiembre del año pasado todos los medios de comunicación en el planeta han dado parte del desplome del principal ícono del modelo económico predominante denominado capitalista. Los Estados Unidos de Norteamerica y sus habitantes han visto como algunas de sus principales instituciones financieras y cadenas productivas ha estado mintiendo y caído en excesos de confianza, las financieras no tenían los recuros que decían tener, las inmobiliarias no gozaban de un soporte de financiamiento para otorgar viviendas a quienes no podían pagar, las armadoras de autos se duermieron en sus laureles y nunca atendieron las señales del mercado que demandaban la diversificación y uso de energías alternativas, esto último provoco fuertes presiones en los precios del petróleo, entre otras cosas. En efecto, ha habido muchos factores que han propiciado la crisis, pero su principal reacción ante el efecto ha sido la disminución de la confianza o la desconfianza total.

Dicen que nadie ha podido predecir esta crisis con anticipación, sin embargo creo que el sistema global ya había enviado muchas señales de la descomposición de su funcionamiento, el consumismo excesivo, el aumento incesante de la pobreza, la avaricia de los pocos a costa de los que menos tienen, el crecimiento incontrolable de economías emergentes a costa de familias numerosas que ganan no más de 4 dolares diarios, la clase social que se aferra al poder, las guerras inútiles en pro de amasar los recursos naturales del planeta, etc. y un largo etc.

La crisis puede continuar o se puede aminorar si todos y cada uno tomamos conciencia de asumir el reto de vivir en un sistema económico más humano, mas social y ecuánime, sensible a las necesidades de los que menos tienen y que ansían una oportunidad para tener una vida digna, todos tenemos ese derecho, así como el de respetar al medio ambiente. La solución está en cada uno de nosotros, podemos acrecentar y agudizar esta crisis o podemos hacer que represente una coyontura para una cambio, el cuál no va a venir de un líder mesiánico venga de la nación que venga, debemos de exigir, concientizar a nuestros familiares, amigos y conocidos de que el crecimiento de un país no radica en el crecimiento de los bolsillos sino en una real riqueza mental y espiritual.


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