Los ingenieros de proyectos (1a. parte)


Esta opinión la vierto como una inquietud para todos aquellos ingenieros recién egresados o aquellos que ya están inmersos en el campo laboral. En la escuela, al menos en la época en la que yo estudie, se nos enseñaba que al sortear las materias se podía acceder a un conocimiento de la ingeniería en cada una de sus subdivisiones, es decir se nos enseñó a hacer análisis estructural, a hacer un diseño geométrico de un camino, entre otras cosas. Sin embargo una duda que me acompaño durante este proceso de enseñanza fue, ¿como poder integrar todos estos conocimientos en una disciplina que en su conjunto denominamos "Ingeniería" y sobretodo, quien será el guía de esta integración? La respuesta nunca la obtuve, al menos no en la escuela. Fue hasta que me integré al mercado laboral, donde conocí a un ingeniero que marco mi vida profesional para siempre. Alejandro Cervantes, Jefe de Proyectos de una empresa fabricante de transformadores de potencia, fue el que me dio mi mayor enseñanza en el mundo de la ingeniería. La Ingeniería debe de verse como un todo, como la más perfecta aplicación de las aportaciones de la ciencia y la tecnología. Para poder hacer esto, se debe contar con disciplina, organización, entrega, compromiso, disposición por aprender cosas nuevas, y una gran sed de conocimiento. Y todo este conocimiento y formación, ¿que producto nos puede crear? La respuesta es simple un ingeniero de proyectos. Y a todo esto ¿que es un ingeniero de proyectos? Bien, en la escuela no existe distinción entre ingenieros de proyectos, de obra, de negocios. El proceso que nos lleva a la creación de un proyecto, sea cual fuere su naturaleza se divide en las siguientes etapas: Planeación, Desarrollo, Diseño, Construcción y Operación. Los ingenieros cuya formación estrictamente profesional se centra en laborar en la etapas de Planeación, Desarrollo y Diseño se les denomina Ingenieros de Proyectos y su principal rasgo es que su herramienta principal para la correcta ejecución de su trabajo es el intelecto. La disciplina es uno de los ingredientes más importantes para formarse como un ingeniero de proyectos. Como casi todas las actividades que realiza el ser humano, la disciplina es la capacidad de actuar ordenadamente y su principal arma es la autoexigencia, es decir la capacidad de ofrecer un esfuerzo adicional para mejorar nuestro trabajo. Gracias a la disciplina podemos alcanzar otros dos valores importantes, la eficiencia y la eficacia, que en el ámbito empresarial resultan ser dos de los valores más rentables para autovenderse como un profesionista.





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