Los políticos del mundo no hicieron su trabajo. Hoy ellos fracasaron para evitar el cambio climático catastrófico. El acuerdo emanado de Copenhague no es justo, no es ambicioso y no es jurídicamente vinculante, denunció Greenpeace.
El acuerdo al que se llegó es sólo maquillaje verde. Para el mundo y para la gente es inaceptable un acuerdo de este tipo, cobarde y sin metas claras de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) por parte de los países industrializados, consideró la organización.
"Esta noche la ciudad de Copenhague es la escena del crimen, con los y las culpables volando para abandonarla. Los líderes mundiales tenían una oportunidad única en la vida para cambiar el mundo para bien, para evitar el cambio climático catastrófico pero al final se produjo un acuerdo mezquino, lleno de vacíos. Hemos visto un año de crisis, pero hoy está claro que la mayor crisis que enfrenta la humanidad es una crisis de falta de liderazgo", señaló Kumi Naidoo, director ejecutivo de Greenpeace Internacional.
Durante un año, un importante número de países en desarrollo mostraron su voluntad para compartir la responsabilidad de frenar el cambio climático global. Pero al final, la responsabilidad de este fracaso recae en los países ricos, los países que tienen la responsabilidad histórica más grande en causar el problema. Y muy en particular, Estados Unidos y Barack Obama fallaron en tomar un liderazgo y una responsabilidad real y mantuvieron las pláticas en un nivel muy pobre.
“La ciencia climática señala que tenemos unos pocos años para llegar un pico de emisiones y comenzar a reducir drásticamente, a fin de evitar el cambio climático catastrófico. No podemos cambiar la ciencia, pero sí podemos cambiar la política... y sin duda también tendríamos que cambiar de políticos”, agregó Naidoo.
"Los verdaderos líderes hubieran actuado pero los políticos que se reunieron en Copenhague no tomaron en serio la urgencia que tiene para la humanidad el revertir los efectos catastróficos del cambio climático. Un acuerdo aspiracional y lleno de promesas no es otra cosa que maquillaje verde; permitir que la temperatura aumente hasta 3 grados es condenar a la humanidad a padecer más hambre, epidemias, a la pérdida de sus hogares y sus cosechas e incluso a la pérdida de vidas, éste es el futuro que nos están dejando los políticos en Copenhague", afirmó Patricia Arendar, directora ejecutiva de Greenpeace México.
El presidente de Estados Unidos de América, Barack Obama cruzó un océano para decirle al mundo que él no tiene nada nuevo para ofrecer. Al no comprometer una ambiciosa reducción de emisiones de GEI, él mostró su indiferencia respecto a lo que dice la ciencia y en relación a las victimas que habrá en Estados Unidos y en el mundo por el cambio climático.
"Cuando regresen a sus países los jefes de Estado tendrán que rendir cuentas del por qué no llegaron al acuerdo que todos esperaban: un acuerdo legalmente vinculante que obligue a los países a fijar el pico máximo de emisiones de gases de efecto invernadero al 2015 y de ahí una reducción drástica, lo más cercana a cero para al 2050", abundó Arendar.
“La sociedad civil, cuya presión ha sido fundamental en estos días, tiene ahora que redoblar sus esfuerzos. Cada uno de nosotros debe exigirle cuentas a sus políticos. Debemos tomar la lucha para evitar la catástrofe climática en todos los niveles políticos -regional, local, nacional e internacional. Debemos también estar en las calles y en los lugares de toma de decisiones. Debemos trabajar por un cambio fundamental en nuestra sociedad o bien debemos sufrir las consecuencias de seguir así”, finalizó Naidoo.
"Esta noche la ciudad de Copenhague es la escena del crimen, con los y las culpables volando para abandonarla. Los líderes mundiales tenían una oportunidad única en la vida para cambiar el mundo para bien, para evitar el cambio climático catastrófico pero al final se produjo un acuerdo mezquino, lleno de vacíos. Hemos visto un año de crisis, pero hoy está claro que la mayor crisis que enfrenta la humanidad es una crisis de falta de liderazgo", señaló Kumi Naidoo, director ejecutivo de Greenpeace Internacional.
Durante un año, un importante número de países en desarrollo mostraron su voluntad para compartir la responsabilidad de frenar el cambio climático global. Pero al final, la responsabilidad de este fracaso recae en los países ricos, los países que tienen la responsabilidad histórica más grande en causar el problema. Y muy en particular, Estados Unidos y Barack Obama fallaron en tomar un liderazgo y una responsabilidad real y mantuvieron las pláticas en un nivel muy pobre.
“La ciencia climática señala que tenemos unos pocos años para llegar un pico de emisiones y comenzar a reducir drásticamente, a fin de evitar el cambio climático catastrófico. No podemos cambiar la ciencia, pero sí podemos cambiar la política... y sin duda también tendríamos que cambiar de políticos”, agregó Naidoo.
"Los verdaderos líderes hubieran actuado pero los políticos que se reunieron en Copenhague no tomaron en serio la urgencia que tiene para la humanidad el revertir los efectos catastróficos del cambio climático. Un acuerdo aspiracional y lleno de promesas no es otra cosa que maquillaje verde; permitir que la temperatura aumente hasta 3 grados es condenar a la humanidad a padecer más hambre, epidemias, a la pérdida de sus hogares y sus cosechas e incluso a la pérdida de vidas, éste es el futuro que nos están dejando los políticos en Copenhague", afirmó Patricia Arendar, directora ejecutiva de Greenpeace México.
El presidente de Estados Unidos de América, Barack Obama cruzó un océano para decirle al mundo que él no tiene nada nuevo para ofrecer. Al no comprometer una ambiciosa reducción de emisiones de GEI, él mostró su indiferencia respecto a lo que dice la ciencia y en relación a las victimas que habrá en Estados Unidos y en el mundo por el cambio climático.
"Cuando regresen a sus países los jefes de Estado tendrán que rendir cuentas del por qué no llegaron al acuerdo que todos esperaban: un acuerdo legalmente vinculante que obligue a los países a fijar el pico máximo de emisiones de gases de efecto invernadero al 2015 y de ahí una reducción drástica, lo más cercana a cero para al 2050", abundó Arendar.
“La sociedad civil, cuya presión ha sido fundamental en estos días, tiene ahora que redoblar sus esfuerzos. Cada uno de nosotros debe exigirle cuentas a sus políticos. Debemos tomar la lucha para evitar la catástrofe climática en todos los niveles políticos -regional, local, nacional e internacional. Debemos también estar en las calles y en los lugares de toma de decisiones. Debemos trabajar por un cambio fundamental en nuestra sociedad o bien debemos sufrir las consecuencias de seguir así”, finalizó Naidoo.
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