Por una causa justa

El 1o. de enero de 1994 estaba aún de vacaciones, acababa de cursar el 3er. semestre de la licenciatura. Ese día por la noche todos los canales de la televisión habían suspendido sus transmisiones habituales para dar parte la noticia de que un grupo armado "subversivo" había irrumpido la "tranquilidad" del estado de Chiapas. Su nombre Ejército Zapatista de Liberación Nacional, comúnmente denominado EZLN. El resto de la historia todos ya la conocemos.

A los pocos días y una vez digerido por mi parte el motivo de este alzamiento tuve el atrevimiento de acercarme con algunos amigos de la escuela, incluso a algunos maestros para tratar de hacer conciencia de que la lucha de este grupo era justa, la respuesta no se dio como yo esperaba. Se nos envió una clara señal de que este abrupto despertar debía desencadenar un gran movimiento de la sociedad civil que permitiera un cambio radical en la vida política de nuestro país. El cambio finalmente vino a los pocos años, desafortunadamente de la mano de un tarado. Hoy el EZLN está sumido en la sombras, esperando quizá que la sociedad civil responda finalmente a ese llamado que lanzó en ese ya lejano 1994.

Dejo un pequeño poema extraído de un libro escrito por el Sup Marcos, que leí por el año de 1998 estaba sentado en la playa de Olas Altas en Mazatlán, de nueva cuenta el mar como mudo testigo de mis anhelos de cambiar al mundo.

Como si llegaran a buen puerto
mis ansias,
como si hubiera dónde
hacerse fuerte
como si hubiera por fin
destino para mis pasos
como si encontrara
mi verdad primera,
como traerse el hoy
cada mañana,
como un suspiro
profundo y quedo,
como un dolor de muelas
aliviado
como lo imposible
por fin hecho,
como si alguien me quisiera,
como si, al fin,
un buen poema me saliera.
Llegar a ti.

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